“44 años del golpe de Estado” Mauricio López. Testimoniando su pensamiento

“44 años del golpe de Estado” Mauricio López. Testimoniando su pensamiento

Se cumplen 44 años del golpe de Estado en el que irrumpió en la historia Argentina uno de los acontecimientos más dolorosos y terribles de nuestra historia reciente y que aún hoy perdura como huella dolorosa en nuestra memoria. Este año 2020 quedara en nuestros registros como el año en que se suspende por primera vez luego de 37 años la reconocida marcha que ha unido a nuestro pueblo en la búsqueda por la memoria, la verdad y la justicia, dadas las condiciones que nos asechan por el  Coronavirus (COVID-19).

La UNSL se suma a través de su Programa de Historia y Memoria a la iniciativa nacional de “marchar por las redes sociales” en forma simbólica pero en esta oportunidad acercamos a la comunidad un fragmento del pensamiento de quien fuera su primer Rector Prof. Mauricio López una de las tantas víctimas del terrorismo de Estado. Se trata de un artículo de su propia autoría titulado “Vida académica, comunidad política e intervención estatal” que fuera compilado por Weinstock (1987).  En su lectura Mauricio López,  nos deja un profundo mensaje sobre la educación en general y de la universidad en particular en la exigencia de un pensar sobre su misión y el papel de los intelectuales y la formación humanista que reclamaba su tiempo y sin duda el nuestro también.

“El antiguo monopolio cultural de las clases aristocráticas ha cedido lugar a la educación popular requerida por las exigencias mismas de las masas que hacían irrupción en la vida de las comunidades políticas. Con el hombre-masa y a expensas de la educación superior, aparece en la superficie una tibia y adormecedora cultura de tono menor que amenaza, con signos inquietantes el prestigio de la inteligencia y de los valores superiores del espíritu. Hoy, el volumen de la población escolar, la diversidad de los orígenes sociales y las urgencias de rendimiento en una época de tecnicismo y especialización creciente, hace que la educación se realice en beneficio de las grandes mayorías y no de pequeños grupos minoritarios.

Las preocupaciones que tal situación han suscitado en las conciencias del momento, se han enderezado a salvar al hombre de las graves amenazas de esclavitud y deshumanización que se cierne sobre sus hombros. El conocido historiador holandés Huizinga … advertía acerca de la necesidad de no dejarse encandilar ni aturdir por los poderosos medios que se emplean en nuestros tiempos para engañar a las masas ni tampoco dejarse extraviar por la barbarie, manteniendo y preservando en nosotros al hombre espiritual. Debemos alentar, señala Maritain el advenimiento de un nuevo humanismo que redescubra la integridad del hombre y respete su posición singular en el universo”.

En otro tramo del texto exhorta al conocimiento de la existencia humana lejos de un mero individualismo aislado, y nos invita a pensar “…en el hombre con el hombre… la comunión de las personas”. De allí que la educación debe tender en nuestros días a acortar el divorcio entre las exigencias sociales y las del individuo que se advierten en el corazón mismo de la conciencia humana “…

Asimismo se pregunta por el rumbo que ha de tomar la universidad frente a  un alumnado heterogéneo y la compleja situación social que la atraviesa, realidades éstas que la enfrentan a tener que descubrir cuál es su esencia, su funcionalidad y su rumbo. Ante tal inquietud intenta apresuradamente esbozar tres posibles respuestas.

La primera la llama “actitud del encastillamiento”.

“Consiste en desinteresarse de la realidad del torno y ocuparse, puertas adentro, de las cuestiones eternas no enturbiadas aun por las pasiones de la calle. Un divorcio entre la vida del claustro universitario y la circunstancia ambiental. ¿Es viable tal actitud? Nuestra respuesta envuelve una negación. Las dificultades de realización de tal tipo de universidad estriba en que es del todo imposible trazar una línea demarcatoria tan absoluta…”

En cuanto a la segunda respuesta Mauricio López la llama de “actitud de militancia”;

“La universidad debe hacer frente a los conflictos sociales, participar, profesores y alumnos armas en mano-en la vida pública de la Nación y prolongar dentro de sus contornos los conflictos y las tensiones políticas, sociales y culturales. Se convierte así en una suerte de espejo y conciencia de la crisis exterior y en un foco doctrinario de los sistemas predominantes…Es de incumbencia de la vida intelectual realizar un rastro crítico de las teorías, pero no lo es que sacadas de ese nivel se constituyan en elementos de lucha de personas y agrupaciones… la solución de la militancia al servicio del poder fuerte y preponderante, acaba con la vida universitaria como centro irradiador del saber”

Y por último la tercera respuesta es el cultivo de una “actitud de participación” que no es otra casa más que la praxis de un pensamiento crítico puesto en acción y al servicio del pueblo.

“La universidad no debe vivir a espaldas de la comunidad política ni tampoco llevar una existencia desfigurada por la presión del grupo social o el poder estatal. Ella en cuanto tal, y no como instrumento ideológico de presión debe estar atenta a toda idea, doctrina o concepción con pretensión de verdadera y hacerla objeto de un examen profundo y desprejuiciado”.

Sin duda esta última actitud es la que debe cultivar la universidad como institución educadora y a su vez la comunidad que convive en ella, sin olvidar que su misión es la participación que debe estar “estrechamente unido al destino de la sociedad democrática”. Esta expresión es sin duda la mejor síntesis de un pensamiento crítico que invita a no olvidar la relevancia de vivir en democracia anticipándose a una realidad que él junto a sus hermanos vio cruelmente interrumpida por el golpe de Estado. Hemos querido compartir algunos trazos de un pensar que perdura tan actual y vigente como huella, como legado que debemos no sólo conocer sino descubrir que está escrito en nuestra misión como universitarios recrearlo, y hoy estamos llamados a hacerlo.

                                                                                                           Por:     Dra. Sonia Riveros

                                                                                                                           PHyM

Bibliografia: Weinstock, R. (1987): Mauricio Amilcar López. San Luis, Editorial Universitaria.