“El hombre de la paz”
Transcurridos los días del histórico fallo del juicio por delitos de lesa humanidad llevado a cabo en Mendoza el pasado 20 de septiembre quisiéramos compartir algunas reflexiones y abrir el debate entre la historia y la memoria, la verdad y la justicia y sus sentidos en el presente que nos toca vivir.
La justicia condena a prisión perpetua a militares y policías que actuaron en las siniestras prácticas desplegadas por el terrorismo de estado, hecho que constituye un acontecimiento para quienes hemos estudiado y caminado los esperanzadores y comprometidos pensamientos de Mauricio López. Julio de Santa Ana (1989), en el libro que compila Oscar Braselis de escritos de Mauricio, expresaba que “fue un agente decisivo en el camino de la unidad de los cristianos y de las iglesias, tanto a nivel de América Latina como mundial.
Mauricio López, nació en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires en el año 1919. Es a través de su familia que recibe las primeras experiencias que lo llevarían a comulgar con la Comunidad Evangélica de los Hermanos Libres. Radicado en la ciudad de Mendoza, estudia la carrera de Filosofía y Letras en la UNCuyo, donde se gradúa en el año 1946. Fue Secretario del Primer Congreso Nacional de Filosofía, llevado a cabo en Mendoza en 1949. Es así que la filosofía para Mauricio constituyó una herramienta potente desde la cual pensar la realidad compleja que lo interpelaba. Se constituye así, en un intelectual reconocido por su tarea y aportes para contribuir a la unidad de los cristianos y de las iglesias, en América Latina como a nivel internacional. Su pensamiento, de carácter liberador y de integración incluía una alta valoración del papel del pueblo y las comunidades de la región, de los países latinoamericanos y del mundo.
El paso de Mauricio López por San Luis, marcó durante un fructífero periodo a toda una generación de docentes y alumnos que tuvieron la oportunidad de conocerlo, tanto como Profesor de las asignaturas Filosóficas, como en la gestión siendo Delegado Organizador (Decreto N° 348, de 1973) y luego primer Rector de la recientemente creada UNSL en 1973. Durante su corto periodo, llevó a la práctica efectiva el diseño de una política universitaria abierta, participativa y democrática.
Honrar la justicia y venerar la memoria en pos de una verdad que se construye en estas prácticas que hoy nos toca ser testigos, constituye el mejor legado para las jóvenes generaciones que necesitan afianzar su confianza en un sistema judicial que hecha luz a un pasado oscuro y nefasto como fue la última dictadura cívico-militar argentina.
“Fue un momento de mucha emoción… porque se cerró el tema de la megacausa, el apéndice que faltaba al tema de Mauricio había quedado ultimo por el tema de Las Lajas donde se presumió estuvo allí, ya que aun siguen buscando restos óseos que aun no se han encontrado. En lo personal siento una gran tranquilidad, un gran alivio, paz, esa es la actitud que ha tomado la familia. La verdad que uno siente una paz espiritual porque en términos espirituales quizás el alma de Mauricio esté ahora descansando realmente. En otro plano es muy importante lo que se ha logrado en Argentina, el tema de los juicios es un gran mensaje” (Norberto Estrach, sobrino de Mauricio López, quien presenció la sentencia del 20/09/18).
Por Dra. Sonia Riveros
(Fotos: Fuente Archivo Histórico y Documental UNSL)